Las redes sociales se han convertido en uno de los principales medios para crear y desarrollar las identidades digitales de los individuos, las empresas, las marcas, y, últimamente, también los elementos sustraídos de la ficción. En este sentido, la facilidad de estos espacios sociales para compartir estados emocionales, pensamientos, contenidos o acciones derivadas de la vida cotidiana, está impulsando la creación de identidades digitales en torno a determinados personajes ficcionales.

Ciertos personajes de películas, series de televisión o, incluso, de libros, despiertan un atractivo especial entre los usuarios, logrando a menudo agrupar una comunidad de fans considerable. Con la llegada de las redes sociales estas comunidades de fans están teniendo una visibilidad mayor en la sociedad y los personajes ficcionales, epicentro de dichas comunidades, poseen una identidad digital cada vez más extensa y compleja.

Si los fans vienen utilizando todo tipo de medios para crear contenidos vinculados a sus mundos ficcionales favoritos para satisfacer sus necesidades, —¿por qué no utilizar ahora las redes sociales para darle vida a sus personajes ficcionales preferidos?— Así pues, la idea de interconectar la realidad con la ficción para prolongar la experiencia de un mundo ficcional y la posibilidad de proyectar la personalidad de los fans a través de elementos ficcionales, es lo que ha promovido que muchos personajes ficcionales posean un perfil en Instagram, Facebook o Twitter.

Batman, Deadpool, Jack Sparrow o Chewbacca son tan solo algunos ejemplos de cómo los fans llevan años manipulando la identidad digital de este tipo de personajes, en este caso, en Facebook. Este fenómeno de apropiación, asimismo, está influyendo también en la diversidad de identidades digitales que están adquiriendo numerosos personajes digitales. Para constatar esta afirmación, tan solo es necesario escribir algún nombre en el buscador de Facebook de la mítica saga Star Wars como Luke Skywalker, Darth Vader o Boba Fett, para percatarse de que algunos de estos personajes tienen decenas de perfiles creados por fans, acumulando muchos de ellos una cantidad importante de seguidores.

El uso descontrolado de los personajes ficcionales está forzando a los estudios cinematográficos a tomar cartas en el asunto. Puesto que emprender acciones legales contra los fans no es una buena idea, hecho demostrado históricamente en grandes franquicias cinematográficas como Star Wars o Harry Potter, muchas producciones están optando por crear perfiles ficcionales oficiales en torno a sus personajes más célebres para proteger sus identidades. Además de ser una medida protectora, estos perfiles ficcionales son excelentes también para enriquecer las estrategias promocionales transmedia de los films, estimulando al público a través de nuevos contenidos que ensanchan los mundos ficcionales. Algunos ejemplos de perfiles de personajes ficcionales oficiales son: Tony Stark o Logan en Twitter, Donkey de Shrek en Facebook o cada uno de los personajes de Fantastic Four (Reed Richards, Ben Grimm, Johnny Storm y Sue Storm) en Instagram.

Así pues, las redes sociales se están convirtiendo de forma progresiva en un espacio en el que converge la realidad y la ficción, que si bien aún está claramente delimitada, futuras producciones con estrategias promocionales ambiciosas pueden llegar a difuminar esta línea. Las principales redes sociales, por su parte, están adoptando ya medidas como crear páginas específicas para los personajes ficcionales y sistema de verificación para evitar posibles conflictos con los perfiles creados por los fans. La creación de perfiles en Twitter de los personajes principales de la serie Mad Men por los fans y la posterior lucha de AMC por recuperar el control de estos perfiles, es uno de los casos más llamativos del conflicto legal entre fans y productoras. La resolución final de este caso puso de manifiesto que los perfiles controlados por estos fans tenía un elevado impacto promocional para la serie y, por consiguiente, era más beneficioso integrarlo en la estrategia promocional de la serie en lugar de combatir la labor comunicativa llevada a cabo por los fans.