Los mapas interactivos en la ficción audiovisual

Los grandes proyectos de las industrias culturales están cada vez más dirigidos a construir mundos ficcionales atractivos. Hace relativamente poco que los mundos ficcionales han pasado de ser un concepto mercadotécnico, sin una forma definida, a convertirse en un elemento atractivo e innovador capaz de ser plasmado en diversos contenidos. En concreto, los más atractivos son los mapas interactivos que delimitan los mundos ficcionales vinculados a determinadas franquicias cinematográficas y series de televisión.

El uso de mapas para dar forma a la geografía de los mundos ficcionales no es algo nuevo. J. R. R. Tolkien y, posteriormente, su hijo, Christopher Tolkien, crearon diversos mapas que recreaban la geografía de la Tierra Media con la finalidad de orientar a sus lectores. Partiendo de la misma idea, pero utilizando las posibilidades interactivas que ofrecen actualmente las páginas webs, en los últimos años han surgido varios mapas de mundos ficcionales célebres que están despertando una gran curiosidad entre sus fans.

Uno de los mapas interactivos más elaborado es precisamente el de la Tierra Media. Si bien ya existía un mapa vinculado a la trilogía de El señor de los anillos, el proyecto A Journey Through Middle-Earth, llevado a cabo en colaboración con Google para promocionar la trilogía The Hobbit, aparecería como uno de los grandes experimentos del gigante tecnológico para demostrar el potencial del HTML5 para crear contenidos interactivos. El resultado es una experiencia inmersiva a través de un mapa interactivo de la Tierra Media que ofrece la posibilidad de explorar las ubicaciones, la trayectoria de los héroes o los campos de batalla de las dos trilogías realizadas por Peter Jackson.

El experimento de Google está enfocado en potenciar la capacidad de los mundos ficcionales como artefacto comunicativo, y como espacio de cohesión y articulación de diversas producciones cinematográficas unidas por un mismo mundo ficcional. El modelo de mapa interactivo propuesto por A Journey Through Middle-Earth se ha convertido en una referencia, siendo imitado por la serie The magicians para darle forma al mundo ficcional de Fillory.

Algo similar, aunque menos elaborado, se ha creado en base a la popular serie Juego de Tronos. Se trata de Quartermaester, un mapa creado por un fan de esta serie que cartografía los continentes Westeros, Essos y Sothoros e incluye el viaje de cada personaje tanto en el libro como en la serie. Para evitar posibles spoilers, el mapa ofrece la posibilidad de configurar el viaje de cada personaje por episodios.

Si los ejemplos anteriores exploran las posibilidades creativas y comunicativas de los mundos ficcionales, existe un ejemplo más ambicioso que tiene como finalidad mapear todo un universo ficcional, en concreto, el de Star Wars. El proyecto, llevado a cabo por la firma Nclud, ha dado forma a esta mítica galaxia para que los usuarios inspeccionen los planetas que van apareciendo en los diversos contenidos canónicos de esta franquicia.

Lucasfilm aún no ha reconocido este mapa como canónico, pero es cada vez más evidente y necesario, dada la expansión acelerada de este universo en los últimos años, que Star Wars ofrezca a su enorme comunidad de fans un mapa que les permita visualizar y comprender mejor la configuración de este universo ficcional.

Tanto el mapa de Juego de Tronos como el de Star Wars utilizan los mundos ficcionales para construir una experiencia interactiva que permite a los fans comprender mejor estas historias. Por ahora, las posibilidades interactivas que ofrecen ambos mapas son muy limitadas, pero sirven como punto de partida para darle forma y explorar estos espacios ficcionales.

En definitiva, cartografiar mundos y universos ficcionales incorporando las proposiciones interactivas que proporcionan las páginas webs, ofrece nuevas oportunidades creativas, comunicativas, narrativas o, incluso, sociales. No obstante, aún son escasas las franquicias o series que crean mapas interactivos vinculados a sus estrategias promocionales que, a su vez, sean un espacio convergente que sirva de nexo entre diversas producciones, temporadas o capítulos. Puede ser, y ya existen ejemplos de gran envergadura como hemos visto, que mapear los mundos y universos ficcionales se convierta en una labor de aquellos fans que sientan la necesidad de definir su forma.


Qingdao: la metrópolis del cine asiático

China es actualmente el segundo mayor mercado mundial de cine y sigue teniendo un amplio margen de crecimiento debido al impulso socioeconómico por el que está atravesando el gigante asiático. El número de salas de cine en este país no ha parado de crecer, llegándose a abrir hasta 10 salas al día en el momento más álgido, por lo que China se ha posicionado como uno de los mercados cinematográficos más dinámicos del mundo que amenaza constantemente con superar los ingresos en taquilla que de forma tradicional ha dominado Estados Unidos.

El impulso cinematográfico en China es un reflejo de las transformaciones que se están llevando a cabo para desarrollar las industrias culturales, el cual es un sector estratégico para este país. El cine se está considerando como un instrumento clave para incrementar la influencia cultural de China en el mundo, es decir, el soft power de China. Esta visión estratégica sobre el cine, influida por la eficacia histórica del soft power estadounidense sustentado en sus industrias culturales, es lo que desde principios de este siglo está promoviendo la construcción y renovación de las infraestructuras necesarias para realizar grandes producciones cinematográficas.

Ahora bien, desde la mitad de los años noventa, uno de los principales espacios de referencia para la producción cinematográfica china ha sido Hengdian World Studios, el cual se ha considerado hasta hace poco como el estudio de cine más grande del mundo. Situado en la ciudad de Dongyang, provincia de Zhejiang, este macrocomplejo, compuesto por trece estudios y a menudo denominado como Chinawood, es reconocido por la recreación de grandes construcciones como el Palacio Imperial de Qin o el Antiguo Palacio de Verano.

A pesar de la continua renovación y expansión de Hengdian World Studios, el magnate Wang Jianlin, presidente del Grupo Wanda, anunció en 2013 la construcción de un nuevo complejo cinematográfico mucho más grande con el fin de mejorar y revolucionar las industrias culturales chinas. El proyecto de Wang Jianlin, que incluye el estudio cinematográfico más caro y grande del mundo, se ha inaugurado en abril de 2018 en la ciudad costera de Qingdao y ya se le conoce como la metrópolis del cine asiático. Entre otras instalaciones destacables, esta metrópolis por ahora cuenta con 30 estudios de grabación, siendo uno de ellos el más grande del mundo con 10.000 metros cuadrados, y con estudios de grabación marinos, que contienen tanto espacios interiores como exteriores, los cuales también son los más grandes del mundo.

Aunque hace poco que ha abierto sus puertas, la nueva meca del cine chino no ha esperado a su inauguración para iniciar su actividad y mostrar su potencial al mundo entero, el cual se puede apreciar en las diversas producciones de gran magnitud que se han realizado en los últimos años, entre las que destacan The Great Wall (Yimou, 2015) y Pacific Rim: Uprising (Deknight, 2018).

De forma paralela, la creación de esta nueva metrópolis no es una inversión aislada del grupo Wanda en esta industria, que previamente realizó la compra de AMC Entertainment y Legendary Entertainment, dos grandes compañías estadounidenses de este sector. La ramificación de los intereses del grupo Wanda en la industria audiovisual de EEUU y su apuesta por transformar las industrias culturales en China ponen de manifiesto la estrategia de este grupo empresarial: la creación de sinergias y la convergencia de las industrias audiovisuales y cinematográficas de estos dos países.

Así pues, la inyección económica que está recibiendo esta industria tanto en nuevas infraestructuras, soportadas por el conglomerado Wanda, como por la puesta en marcha de políticas del gobierno de Qingdao para subvencionar las producciones que se realicen en esta zona, allana el terreno para que la producción cinematográfica sea una parte importante y estratégica del soft power chino. En este sentido, el objetivo de la metrópolis del cine asiático es no solo construir un espacio puntero que ofrezca las mejores condiciones para producir blockbusters, sino crear marcas culturales chinas globales que expandan la imagen de China.

Si las expectativas se cumplen, la nueva metrópolis del cine chino será una gran oportunidad para proyectar a nivel internacional las producciones nacionales. Por ahora, el número de producciones chinas con recorrido internacional es muy reducido en comparación con su volumen de producción. Aunque la capacidad de recaudación del mercado chino es aún suficiente para estimular la producción nacional, las inversiones realizadas refuerzan la exportación de un ecosistema de marcas en torno a directores, actores y mundos ficcionales que apuntalen la internacionalidad de esta industria.

A pesar de todo, la barrera cultural y la ausencia aún de una fórmula comercial global eficaz, sigue obstruyendo las pretensiones internacionales de las grandes producciones chinas. Es por ello que el proyecto desarrollado en Qingdao, destinado a captar producciones internacionales provenientes principalmente de Hollywood, puede servir como vehículo de aprendizaje, transformación e innovación en el cine chino. Empero, la magnificencia del grupo Wanda y el brillo deslumbrante de su nueva metrópolis del cine asiático todavía tienen que demostrar que, más allá de ser un proyecto ambicioso vinculado a grandes intereses económicos, existe también una planificación estratégica para mutar y redirigir la industria cinematográfica china hacía un mercado internacional, superando todos los desafíos que ello conlleva.